Sobre mí

Ex huérfana y perdida gran parte de mi vida, por la herida profunda del abandono, rechazo, humillación.

 Consteladora Familiar.Medicina Energética Chamánica.

• Mentora experta en heridas de infancia.
• Facilitadora de Respiración Celular.
• Terapeuta transgeneracional.
• Trabajo con herramientas chamánicas y de psicomagia.
• Especialista en dependencia emocional.
• Maestra de Registros Akashicos.
• Fundadora del método identidad.
• Creadora de retiros de sanación emocional y espiritual
• Formadora y Conferienciante.
• Canalizadora de la Hermandad BLANCA.

Mi nombre es Luna Roca.

Fui huérfana desde los siete meses de edad, cuando fui entregada por mis padres a mi abuela materna, ya que ellos estaban enfermos por su adicción a la heroína.

El ambiente en el que crecí no fue apto para una niña, pues en casa de mi abuela, convivíamos con el hermano de mi madre, adicto también, y esquizofrénico.

Crecí entre gritos, peleas, maltrato, … no solo por ellos, sino por las veces que mis padres vinieron a visitarme. 

Cada vez estaban en peor estado.

Las agujas volaban y las drogas eran lo normal en mi casa.

Cuando yo tenía 7 años, murió mi mamá y, cuando cumplí los 13, mi papá.

Aun así, fui una niña feliz en el exterior y, con la gran suerte de criarme en un pueblo en el que éramos una gran familia.

Pero, las heridas del abandono y el rechazo por no crecer con mis padres son algo que me ha perseguido toda mi vida.

Sentía un vacío interno, una mutilación, un no encontrar mi sitio.

Una búsqueda incansable de respuestas a “por qué” repetía siempre lo mismo.

Por qué esta dependencia emocional, este miedo, este sentimiento de no pertenencia.

Por ello, ya adulta, comencé mi búsqueda, a través de cursos, formaciones, másters, terapias, psicólogos, … para encontrarme, para rescatarme.

Fruto de estos años de dolor incesable y, con todo lo que había ido aprendiendo, di forma a mi Nueva Identidad, mi propio método y, por fin, convertí mi dolor por luz y transformación.

Mi propósito es hacer libres a las personas y autónomos para que pasen del ESTADO NIÑO al ESTADO ADULTO. 

Hoy, soy una madre en calma, templanza y armonía.

Claro que tengo recaídas. 

La diferencia es que ahora las transformo en amor y compasión, por lo que resurjo más fuerte y empoderada que nunca.

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